El secreto de una vida saludable es una cuestión de sentido común: buenos hábitos, dieta equilibrada y ejercicio físico.
El cuerpo madura y envejece, eso no es opcional. Lo que sí podemos decidir es cómo lo hacemos y la forma en que nos alimentemos juega un papel fundamental.
Para disfrutar de una vida longeva y saludable es necesario adoptar algunos hábitos sencillos que mejorarán el rendimiento del cuerpo y el cerebro. Según los expertos, el secreto de una vida saludable es una cuestión de sentido común: buenos hábitos, dieta equilibrada y ejercicio físico.
50 alimentos saludables:
La teoría de que algunos alimentos ejercen un efecto duradero en nuestra salud no es nueva: ya Hipócrates, el padre de la medicina moderna, escribió acerca de la relación entre dieta y salud hace más de dos mil años. Hoy día leemos y confirmamos a diario cómo una correcta alimentación previene docenas de dolencias y enfermedades.
Diferentes estudios apuntan a que una dieta adecuada podría contrarrestar los efectos negativas del tabaco, la falta de ejercicio y el estrés de la vida moderna.
Vamos por partes:
Prácticamente todos los alimentos contienen nutrientes, pero lo cierto es que algunos alimentos “alimentan” más que otros, gracias a la concentración de ciertos elementos necesarios para la salud. Así encontramos que entre las frutas algunas tienen mayor cantidad de vitaminas C, o de betacarotenos (vitamina A); otros alimentos resaltan por su mayor concentración de ciertos minerales, ácidos grasos esenciales o fitonutrientes de eficacia probada para mejorar algún aspecto de la salud o el bienestar.
Propiedades
Algunas frutas y vegetales como la naranja y el pimiento rojo contienen vitaminas y antioxidantes que neutralizan el daño celular.
Las verduras como el brócoli, la col rizada y los berros contienen fitonutrientes, nutrientes de origen natural que bloquean el crecimiento de las células cancerígenas.
Otros ingredientes, como el ajo y la cebolla, se consideran muy saludables porque refuerzan el sistema inmunológico al aumentar la resistencia natural del cuerpo para combatir enfermedades e infecciones.
Los pescados azules (tuna, salmón, sardinas), aportan muchos beneficios por su contenido en ácidos grasos omega -3, que previenen cardiopatías y tienen propiedades antiinflamatorias, lo que puede aliviar los síntomas de afecciones como la artritis reumatoide.
Pero también las hierbas y especias de uso común. La popular canela, por ejemplo, ayuda a bajar el colesterol malo, y mejora los niveles de glucosa en la sangre, además de sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas.
Una cuestión de balance y precio
Muchos de los alimentos que hemos mencionado ya forman parte de nuestra dieta diaria, por lo que conseguir balancear un menú, y adquirir buenos hábitos alimenticios no tiene por qué resultar excesivamente caro, ni exótico. En algunos casos no va a requerir grandes modificaciones en sus patrones de alimentación, sino de cambiar la perspectiva con vista al futuro. No se trata de marcas, ni de productos específicos, si no de aprender cómo combinarlos para obtener de ellos el mayor provecho posible.
El secreto de una vida saludable es una cuestión de sentido común: buenos hábitos, dieta equilibrada y ejercicio físico.
El cuerpo madura y envejece, eso no es opcional. Lo que sí podemos decidir es cómo lo hacemos y la forma en que nos alimentemos juega un papel fundamental.
Para disfrutar de una vida longeva y saludable es necesario adoptar algunos hábitos sencillos que mejorarán el rendimiento del cuerpo y el cerebro. Según los expertos, el secreto de una vida saludable es una cuestión de sentido común: buenos hábitos, dieta equilibrada y ejercicio físico.
La teoría de que algunos alimentos ejercen un efecto duradero en nuestra salud no es nueva: ya Hipócrates, el padre de la medicina moderna, escribió acerca de la relación entre dieta y salud hace más de dos mil años. Hoy día leemos y confirmamos a diario cómo una correcta alimentación previene docenas de dolencias y enfermedades.
Diferentes estudios apuntan a que una dieta adecuada podría contrarrestar los efectos negativas del tabaco, la falta de ejercicio y el estrés de la vida moderna.
Prácticamente todos los alimentos contienen nutrientes, pero lo cierto es que algunos alimentos “alimentan” más que otros, gracias a la concentración de ciertos elementos necesarios para la salud. Así encontramos que entre las frutas algunas tienen mayor cantidad de vitaminas C, o de betacarotenos (vitamina A); otros alimentos resaltan por su mayor concentración de ciertos minerales, ácidos grasos esenciales o fitonutrientes de eficacia probada para mejorar algún aspecto de la salud o el bienestar.
Algunas frutas y vegetales como la naranja y el pimiento rojo contienen vitaminas y antioxidantes que neutralizan el daño celular.
Las verduras como el brócoli, la col rizada y los berros contienen fitonutrientes, nutrientes de origen natural que bloquean el crecimiento de las células cancerígenas.
Otros ingredientes, como el ajo y la cebolla, se consideran muy saludables porque refuerzan el sistema inmunológico al aumentar la resistencia natural del cuerpo para combatir enfermedades e infecciones.
Los pescados azules (tuna, salmón, sardinas), aportan muchos beneficios por su contenido en ácidos grasos omega -3, que previenen cardiopatías y tienen propiedades antiinflamatorias, lo que puede aliviar los síntomas de afecciones como la artritis reumatoide.
Pero también las hierbas y especias de uso común. La popular canela, por ejemplo, ayuda a bajar el colesterol malo, y mejora los niveles de glucosa en la sangre, además de sus propiedades antiinflamatorias y antibacterianas.
Una cuestión de balance y precio
Muchos de los alimentos que hemos mencionado ya forman parte de nuestra dieta diaria, por lo que conseguir balancear un menú, y adquirir buenos hábitos alimenticios no tiene por qué resultar excesivamente caro, ni exótico. En algunos casos no va a requerir grandes modificaciones en sus patrones de alimentación, sino de cambiar la perspectiva con vista al futuro. No se trata de marcas, ni de productos específicos, si no de aprender cómo combinarlos para obtener de ellos el mayor provecho posible.
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