Demanda por cuarentenas de ébola

Los ocho demandantes en cuarentena bajo la medida del estado no tenían síntomas de ébola, no habían estado en contacto con nadie con síntomas y nunca contrajeron el letal virus.

CONNECTICUT. Varias personas que fueron aisladas en cuarentena en Connecticut tras regresar de África occidental durante la epidemia de ébola allí en el 2014 estuvieron esencialmente prisioneras de forma ilegal bajo una medida estatal basada en política, no en ciencia, de acuerdo con una demanda presentada el lunes.

La demanda fue presentada por estudiantes de derecho de la Universidad de Yale contra el gobernador Dannel P. Malloy y funcionarios de salud del estado a nombre de los demandantes, incluyendo una familia africana de seis miembros que quedaron en cuarentena en casa de un familiar por 20 días y un estudiante y un ex estudiante de la Escuela de Salud Pública de Yale que estuvieron bajo cuarentena de 20 días en sus casas.

Otros demandantes planean regresar a Connecticut desde Liberia muy pronto.

Los ocho demandantes en cuarentena bajo la medida del estado no tenían síntomas de ébola, no habían estado en contacto con nadie con síntomas y nunca contrajeron el letal virus. Piden una compensación monetaria no especificada y que se eviten cuarentenas similares en el futuro.

“Estar en cuarentena me hizo sentir como una delincuente”, dijo Laura Skrip, una de dos estudiantes de Yale en cuarentena, en una declaración emitida por los estudiantes de derecho. “No había razón científica para confinarme a mi apartamento, sin visitantes y con un policía a la puerta”.

Un asesor de Malloy defendió la cuarentena el lunes. Una orden ejecutiva firmada por Malloy en octubre del 2014, que sigue en vigor, le da al comisionado de salud del estado autoridad para poner en cuarentena a personas que pudieran haber estado expuestas al ébola”.

“Nuestra prioridad principal es proteger al público de daños previsibles y no previsibles — ya sea tormentas o enfermedades u otra cosa”, dijo el asesor, Christopher McClure.

Al igual que los gobernadores de Nueva York y Nueva Jersey en aquel momento, Malloy adoptó políticas más estrictas que las implementadas por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.