REPÚBLICA DOMINICANA. Desde muchos años se ha denunciado la pesca ilegal dentro del santuario. Reef Check denunció en 2013 la presencia de pescadores con compresor en tres embarcaciones grandes que llevan pequeñas yolas donde los pescadores se desplazan.
Estos pescadores penetran el año entero en el área protegida para pescar con la técnica del compresor, que además está prohibida en cualquier zona de la geografía nacional porCODOPESCA (Ley 307-04). Esta técnica les permite permanecer largos periodos bajo el agua “barriendo” grandes distancias con la utilización de arpones y ganchos de manera indiscriminada.
La temporada de ballenas está en su punto máximo y la práctica con compresor en el santuario se mantiene sin que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto.
La semana pasada los fotógrafos conservacionistas Guillermo Ricart y Eladio Fernández fueron testigos de esta práctica ilegal dentro de los límites del santuario.
Solo hay tres embarcaciones autorizadas para permanecer en el santuario con propósitos científicos y de avistamiento, siguiendo estrictas reglas de permanencia.
No obstante, fueron constantes las incursiones de pescadores en el Banco de la Plata, donde cientos de ballenas jorobadas se congregan para aparearse y dar a luz.
“Lo que vimos fue el barco más grande bastante lejos de nosotros, como a unas 4 o 5 millas, y las dos yolas de fibra de vidrio pescando cada una con un compresor, dos pescadores que utilizan el compresor y un yolero que permanece en la superficie”, cuenta Ricart.
Durante varios días observaron la misma situación e incluso los pescadores posaban para las fotos, ignorantes talvez, del daño que pueden causar en el santuario.
El biólogo marino Omar Shamir Reynoso al ser consultado sobre los problemas que puede causar la presencia de pescadores en el santuario, explica que las burbujas de los pescadores bajo el agua, el constante sonido de los motores y compresor de las yolas pueden estresar a los cetáceos. Por otro lado, los mismos pescadores corren un alto riesgo porque bucean muy cerca de las ballenas, las cuales pueden enredarse en las mangueras y provocar que pierdan el regulador de la boca, entre otros peligros.
La doctora Yolanda León, bióloga y catedrática universitaria, afirma que las yolas se mueven en la zona de ballenas sin ningún control, algo muy peligroso para las crías (ballenatos), que suben mucho a la superficie a respirar y a veces tienen un comportamiento errático o “curioso”, acercándose mucho a las embarcaciones. Las hélices de los motores de las yolas y el barco “madre” (barco grande que transporta a las yolas y pescadores) podrían hacer bastante daño en el lomo de uno de estos animales.
“Pero además, esto tiene un impacto en la imagen del Santuario ante los visitantes. Estos pescadores, sus miserables condiciones de trabajo y de vida en el Banco son verdaderamente penosas, un triste espectáculo no compatible con el turismo de ultra-alto nivel que visita este lugar tan especial. Además, el manejo de este “Santuario” queda en total ridículo ante cualquier visitante”, expresó la doctora León.
Sobre el santuario
El santuario es un área constituida por el Banco de la Plata, el Banco de la Navidad y gran parte de la bahía de Samaná con su zona intermedia, con una extensión 19.438 millas cuadradas a aproximadamente 80 millas náuticas de la costa norte de República Dominicana.
El 14 de octubre de 1986 se creó el Santuario de Ballenas Jorobadas del Banco de la Plata, el primero para las ballenas del Atlántico Norte, mediante el Decreto Presidencial 319-86, que fue ampliado en 1996 mediante el decreto presidencial 233-96, en el que se incluyó el Banco de la Navidad y parte del litoral de Samaná para ofrecer protección a todos los mamíferos marinos que la visitan en época reproductiva.
Este santuario fue creado también como con espacio ideal para la investigación de las ballenas jorobadas y demás mamíferos marinos.
El 14 de octubre de 1986 se creó el Santuario de Ballenas Jorobadas del Banco de la Plata, el primero para las ballenas del Atlántico Norte, mediante el Decreto Presidencial 319-86, que fue ampliado en 1996 mediante el decreto presidencial 233-96, en el que se incluyó el Banco de la Navidad y parte del litoral de Samaná para ofrecer protección a todos los mamíferos marinos que la visitan en época reproductiva.
Este santuario fue creado también como con espacio ideal para la investigación de las ballenas jorobadas y demás mamíferos marinos.
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