TEXAS. Un joven de 16 años que manejaba en estado de ebriedad se pasó una luz roja de alto y chocó contra el auto de una mujer embarazada, matándola a ella y a su feto. Otro adolescente ebrio estrelló una camioneta pickup contra una multitud de personas que ayudaban a un conductor varado y mató a cuatro.
Jaime Arellano fue a la cárcel. Ethan Couch quedó libre.
Las historias de los dos jóvenes de Texas ilustran cómo las decisiones de los fiscales en casos similares pueden conducir a resultados muy diferentes. El inmigrante pobre de México ha estado tras las rejas durante al menos una década. El chico caucásico con padres adinerados recibió 10 años de libertad condicional.
Couch perdió el control mientras manejaba la camioneta pickup de su familia de regreso de una fiesta donde él y algunos amigos habían estado bebiendo cerveza que algunos de ellos robaron de un Wal-Mart. El vehículo se desvió hacia una multitud de personas que ayudaban a un conductor a un costado el camino. Las autoridades calcularon después que conducía a 112 kilómetros por hora (70 mph) en una zona donde el límite era 64 kph (40 mph).
El choque hirió de muerte a la conductora varada, a un joven ministro que se detuvo a ayudarla y a una madre y su hija que vivían en una casa cercana.
Pero los fiscales en Fort Worth dijeron que no pidieron que su caso fuera trasladado al sistema de adultos porque pensaron que el juez lo rechazaría. En cambio, permaneció en un tribunal juvenil y se hizo famoso por la afirmación de su psicólogo de que sus padres adinerados le inculcaron un sentido de irresponsabilidad que el psicólogo llamó “affluenza”.
Arellano fue acusado de homicidio y agresión en estado de ebriedad, los mismos cargos que contra Couch. Pero en los fiscales del caso de Arellano se apremiaron para enviarlo a un tribunal de adultos. Arellano aceptó un acuerdo de culpabilidad y recibió una sentencia de 20 años en prisión, donde permanece hoy.
Enviar el caso de Arellano al sistema de adultos abrió la puerta para el tipo de castigo que muchos dicen que Couch debió recibir desde el principio.
Matt Bingham, el fiscal de distrito en el condado Smith y titular de la oficina que procesó a Arellano, se negó a comentar sobre el caso de Couch, pero dijo que consideraba que una cárcel de adultos sería una opción justa para cualquier adolescente que ha matado a alguien.
Los tribunales juveniles no siempre se comprometen con “lo que la gente piensa de los delitos juveniles”, afirmó Bingham. “Existe un castigo apropiado para lo que han hecho. Y el hecho de que tengan 16 años de edad no niega eso”.
Arellano nunca hubiera podido argumentar que tenía “affluenza”.
Arellano y su familia cruzaron la frontera entre México y Estados Unidos de manera ilegal dos años antes del accidente y se establecieron en el este de Texas. Habla poco inglés y tiene escaso conocimiento del sistema judicial. Cinco meses antes del choque dejó la secundaria.
Ahora, con 24 años, habló con The Associated Press sobre su caso detrás de una estrecha mampara de cristal en una cárcel de Texas. Vistiendo un uniforme blanco de prisionero, habló en un inglés suave y acentuado que dijo ha aprendido mientras está en la prisión.
Arellano bebió su primera cerveza a los 15 años y había manejado en estado de ebriedad algunas veces antes. Sus padres intentaron impedirle que manejara bajo la influencia del alcohol, pero dijo que nos los escuchaba.
“Hablaron conmigo muchas veces”, afirmó. “Pero simplemente no quise escuchar”.
La noche del 23 de junio de 2007, Arellano manejaba una camioneta deportiva por Tyler, unos 160 kilómetros (100 millas) al este de Dallas, camino a una fiesta. Había abierto una cerveza y había varias más en la hielera.
Los testigos lo vieron tomar una intersección y estrellarse contra un Ford Mustang que daba vuelta a la izquierda más adelante, según los reportes policiacos.
El Mustang era manejado por Martha Mondragon, una mujer de 31 años quien tenía nueve meses de embarazo. Mondragon y su hijo murieron. Su hija de 6 años salió volando de su asiento de seguridad y a través de una ventana del auto. Fue hospitalizada y sobrevivió.
Los fiscales rápidamente buscaron que el caso de Arellano se trasladara a un tribunal de adultos y el juez estuvo de acuerdo.
Arellano será elegible para libertad bajo palabra el próximo año. Una vez en libertad, cree que será deportado a México, donde espera trabajar en un rancho.
Couch podría ser detenido por violar su libertad condicional cuando regrese a la corte el 19 de febrero. Dependiendo del fallo del juez, podría ser enviado 3 meses a prisión y dejado en libertad condicional, la cual de ser violada podría enviarlo a prisión por hasta 40 años.
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